El ciclo del fénix somos nosotros mismos en varias etapas de nuestra vida.
El tiempo nos apalea desde muy pequeñitos, nos enseña lecciones importantes.
Llega un día en el que todo te sobrepasa,
se te rompe el corazón,
te mueres.
Lo bonito de esto, es cuando renaces de tus cenizas.
Dando una nueva oportunidad a la vida, pero sobretodo a ti.
Me quedo con esa sensación de volver a sentirme desnuda, de ir algo más preparada, de seguir adelante.
Me quedo con esa sensación de renacer de nuevo con una sonrisa de oreja a oreja.
Es como cuando haces el amor, y sabes que vas a llegar al orgasmo.
Es justo ese momento.
Antes de llegar al clímax.
Así me siento, en ese estado permanente.
Como cuando tienes hambre y ves muchos platos de apetitosa comida sin saber por cuál empezar.
No siento angustia, es como una acción inacabada pero placentera, de pura inocencia.
Como cuando ves a la persona que te gusta y quieres pedirle un baile, pero no encuentras el momento exacto para cogerle de la mano y llevarla a la pista.
Es estar preparada a lo que se pueda avecinar,
causa y efecto,
tiempo y destino,
tus labios y los míos
fundiéndose en un apasionado beso de tornillo.
Hoy soy yo.
Ayer también lo era.
Pero no tanto como lo seré mañana.
Tener el poder de decir: Aquí estoy, allá voy.
Sin arrastrar el lastre del pasado.
Sin cargar más peso innecesario.
Y eso,
eso
da felicidad.
Which then grew into a hope
Which then turned into a quiet thought
Which then turned into a quiet word
And then that word grew louder and louder
'Til it was a battle cry
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