martes, 4 de abril de 2017

Aguas mil.

 Marzo ha sido un mes de metamorfosis.
Cambios de luz, colores y amigos,
corazones proscritos, voces que desoí.
Nuevas historias, inertes caminos,
que retumban en mis sentidos, descalza
alcanza la balanza del destino,
gritando desesperada la hora exacta
de lapsos antiguos, sibilinos.

Atardeceres que tardan en salir,
amaneceres que salen antes,
serán mis ganas de vivir
con resilencia perturbando las calles.

Azarosos días provenientes del tiempo,
una vuelta de tuercas o un paseo hostil,
curiosa la vida cuando es el momento,
y ahora que ha llegado Abril
acuciante porvenir dando pistas desde Enero
te escamoteas de tu armamento,
etéreo llegas a mí,
despojándome de mi infierno.

Gratas enseñanzas, enormes infinitos,
paradojas insanas, universos inauditos,
una serendipia que encauzó mi mirada,
el espejo ya no me refleja a mí ensimismada.

Adiós Marzo, lobo con piel de cordero,
no echaré de menos absolutamente nada,
si te atreves a volver, daré un paso certero,
soplaré y soplaré, y tu llama quedará apagada.
Viviré y viviré, y mi legado será sempiterno.

Abril aguas mil, querido mes tan anhelado,

¿serás tan pérfido como tu terrible antepasado?

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