viernes, 24 de mayo de 2019

La última canción.

Puedo poner las canciones más tristes esta noche.

Poner "¿Qué ganas con llegar si igual te irás con el viento?"
 O "vas a quedarte" a pesar de que te fuiste antes de llegar.

Puedo poner las canciones más tristes esta noche,
como por ejemplo aquel vals que nunca bailamos o
la banda sonora que suena cuando va a morir tu personaje favorito.

Puedo poner las canciones más tristes esta noche
que superarían a los versos de Pablo Neruda.

Porque rotas las alas,
muerta la mariposa y aún viva,
ya no podrá volver a volar.

Puedo poner las canciones más tristes esta noche,
sí,
 pero esa mariposa se adaptará hasta cumplir lo imposible
y bailará la vida,
que no la pena como Macaco.

Un acto de fe.

Las hadas sí existen.

Las he visto de primera mano pero no son como las pintan en las películas.

Las hadas son como ese atisbo de luz que entra por la ventana cuando el cielo está nublado.

Son arcoiris cuando llueve y sonrisas cuando alguien llora.

Son esa batalla constante entre corazón y cabeza que luchan por seguir adelante.

Son ganas de comerse el mundo cuando sólo hay caos detrás de la puerta.

Yo las he visto en los ojos iluminados de aquel que juró no enamorarse nunca más.

Las hadas existen y adoptan formas inimaginables cuando menos te lo esperas.

Son guerreras, asustan al propio miedo, auguran cambios jodidos, saltan al vacío y vuelan anunciando libertad.

Solo tienes que creer en la posibilidad de lo imposible y ahí están.

Yo las he visto hoy tras el reflejo de mi espejo atravesándome justo en la parte izquierda de mi pecho y lo supe.

Las hadas sí existen y no hay más ciego que aquel que no quiere verlas.

Existen.

Y yo...
   ya estoy jodida.